2.- Fidelidad matrimonial, exigencia humana.
a) El matrimonio da origen
a una comunidad natural y espiritual entre el hombre y la mujer y a una serie
de deberes y derechos recíprocos que nacen de esta comunidad de vida, entre
ellos está el deber de fidelidad, que conceptualmente incluye el deber de
observar una conducta inequívoca, absteniéndose de cualquier relación que cree
una apariencia comprometedora y lesiva a la dignidad del otro.
b) Esta es una obligación
recíproca de los cónyuges que consiste en la abstención de mantener relaciones
sexuales y actos de afectividad excesiva con personas distintas al cónyuge.
c) El deber de fidelidad
constituye un valor que debe practicarse, a fin de mantener sólida la relación
de pareja, siendo un deber que nace de la convivencia misma, de lo que
significa vivir juntos y compartir el techo, la mesa y el lecho, una relación
conyugal o de hecho se da entre dos personas, que desean hacer vida en común y
por tanto, no es permisible que los afectos y las relaciones sexuales se
practiquen con un tercero ajeno a la relación de pareja, porque estaría
vulnerando la esencia misma del matrimonio o de la unión de hecho.
El
amor conyugal comporta una totalidad en la que entran todos los elementos de la
persona: reclamo del cuerpo y del instinto, fuerza del sentimiento y de la
afectividad, aspiración del espíritu y de la voluntad; mira una unidad
profundamente personal que, más allá de la unión en una sola carne, conduce a
no tener más que un corazón y un alma; exige la indisolubilidad y la fidelidad
de la donación recíproca definitiva; y se abre a fecundidad.
Unidad e indisolubilidad del matrimonio
El
amor de los esposos exige, por su misma naturaleza, la unidad y la
indisolubilidad de la comunidad de personas que abarca la vida entera de los
esposos: "De manera que ya no son dos sino una sola carne”.
"La
unidad del matrimonio aparece ampliamente confirmada por la igual dignidad
personal que hay que reconocer en la mujer y el varón en el mutuo y pleno
amor".
La fidelidad del amor conyugal
El
amor conyugal exige de los esposos, por su misma naturaleza, una fidelidad
inviolable. Esto es consecuencia del don de sí mismos que se hacen mutuamente
los esposos. El auténtico amor tiende por sí mismo a ser algo definitivo, no
algo pasajero. "Esta íntima unión, en cuanto donación mutua de dos
personas, como el bien de los hijos, exige la fidelidad de los cónyuges y urge
su indisoluble unidad".
Puede
parecer difícil, incluso imposible, atarse para toda la vida a un ser humano; y,
humanamente hablando, quizás podamos pensar en situaciones en que la
convivencia matrimonial se hace prácticamente imposible por razones muy
diversas. En tales casos, la separación la considera la sociedad no solamente
posible, sino necesaria.
La apertura a la fecundidad
"Por
su naturaleza misma, la institución misma del matrimonio y el amor conyugal
están ordenados a la procreación y a la educación de la prole: Los hijos son el
don más excelente del matrimonio y contribuyen mucho al bien de sus mismos
padres y a la fidelidad entre ellos.
Bioética y fidelidad conyugal
La
Bioética como ciencia que estudia la intervención del hombre en la vida, en
relación con los valores y principios morales y de los cuales conllevan una
responsabilidad resultante, ha entrado en el tema de la fidelidad matrimonial
en su aspecto de apertura a la fecundidad, porque se pone en juego la dignidad
de la persona. Es por eso que la bioética va a manifestarse en la relación de
los cónyuges y en los actos que lleven a cabo con la consecuente repercusión
para uno y para otro.
El
amor conyugal es humano, sensible. No es una efusión del instinto o del
sentimiento sino que es un acto de la voluntad libre destinado para que los
cónyuges se mantengan unidos, crezcan y puedan fundirse en un solo corazón y en
una sola alma y se perfeccionen humanamente.
Es
un amor total que se entrega sin reservas y sin medida y se ama al otro con la
alegría de enriquecerlo con el don de sí mismo.
La verdad es que es difícil entender la "poligamia", como es difícil entender la infidelidad: ¿Qué hombre o qué mujer pueden relacionarse "con platos de segunda mano?
ResponderEliminar-*- Responsabilidad del científico.
ResponderEliminarEl ser humano tiene una imperiosa necesidad de encontrar criterios que le ayuden a ser responsable de su propia actividad.
Poca gente conoce las repercusiones de sus propias investigaciones , utilizan la técnica como medio de adquisición científica y deben controlar responsablemente el uso de la técnica.
Respeto del ser humano: criterio ético.
Maneras de entender la técnica:
1º.- Utilización planificada de los recursos y fuerzas de la naturaleza: así la técnica es consecuencia de la ciencia.
2º.- La técnica es la intervención y manipulación de la naturaleza para obtener nuevos conocimientos científicos. Así la técnica es premisa de la ciencia y se identifica con la experimentación.
Asumiendo una postura humanista como criterio ético de que el ser humano es el valor absoluto, ya que el ser humano es un fin no puede ser tratado como puro medio y ser objeto de investigación que atente contra su integridad.
Tres criterios éticos fundamentales:
1---- No todo lo técnicamente posible es éticamente realizable.
2---- No siempre que se actúa contra la ordenación de la naturaleza biológica se actúa en contra de la humana.
3---- La manipulación técnica debe estar al servicio del hombre, su promoción y su desarrollo integral.
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ResponderEliminarLa manipulación técnica.
ResponderEliminar1.- La técnica como consecuencia de la ciencia.
El científico actúa con responsabilidad ética, previendo la utilización que se va a hacer de sus conocimientos, los controla para que puedan servir al desarrollo de las posibilidades humanas y a la realización de su vocación integral.
El científico debe tener prudencia ética y debe siempre pensar que sus descubrimientos pueden ser utilizados en detrimento de la humanidad y nunca debe permitirlo.
Hay que reconocer que los científicos no pueden prever cuál va a ser la utilización que van a tener sus investigaciones.
-*- La técnica como premisa de la ciencia (experimentación).
Es difícil concretar los criterios éticos en el campo técnico; cuando la técnica viene empleada como manipulación del mundo y del ser humano.